Las carreras de la Facultad de Ciencias Sociales y el Departamento de psicología en particular han sufrido profundas transformaciones durante los últimos años. El principal problema que enmarca las discusiones estudiantiles, comprende el proceso de construcción de la malla, en la que no hay una verdadera comunicación ni coordinación entre los profesores, directivos y estudiantes, lo que implica tanto a corto como a largo plazo, que todos los estudiantes de la carrera se vean afectados en su formación profesional.
El deficitario análisis de la continuidad de formación por parte de la Reforma del Pregrado constituye una precarización de los programas, la disminución en cuanto a la formación teórica y la falta de claridad del perfil del psicólogo que se está formando en la Universidad. La
En el marco actual, la falta de constancia ha venido instalando una carrera con poca repercusión en cuanto a ámbitos políticos se refiere. Si bien la comunidad de psicología atiende proyectos de diverso tipo (Político, social y cultural), estos no consideran una difusión que cumplan con una coordinación amplia, continua y efectiva.
Otro punto a diagnosticar, es la escasa consolidación de la carrera como ciencia social con capacidad de transformación; una materia en la que es preciso trabajar, para dar a conocer sus lineamientos locales, y que contemplen tanto difusión como participación por parte del mismo estudiantado. Es preciso destacar sobre este último punto su fragmentada situación, por lo que se hace preciso retomar instancias que permitan la socialización de los cursos, así como también la implementación de proyectos orientados al diálogo y la discusión colectiva. En conclusión, se hace imperioso significar una organización clara, que consolide motivación y en consecuencia participación de todos los estamentos.
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